138. Mueve y detiene mundos...

A23 “Querer es siempre más valioso que que te quieran. Querer mueve y detiene mundos. Que te quieran si tú no quieres, te acaba aletargando.”
 Albert Espinosa
”Si tu me dices ven lo dejo todo… Pero dime ven.”,2011, Cap.22

Hoy hace diez años que nos conocimos. Hoy hace diez horas que nuestro camino juntos se ha acabado, al menos en parte.
No es hora de hacer reproches, aunque me los haga a mí mismo, aunque sienta que nunca debí de irme hace tres años. En aquel momento no supe hacer otra cosa, creí que era lo mejor y en el fondo los dos pensábamos que volveríamos a estar juntos. El tiempo cambia la perspectiva de las cosas.
Si me pongo a analizar, siento que no has estado cuando más te necesitaba. En los momentos difíciles siempre he sido yo el que he tirado del carro, hasta que me agoté y no fui capaz de tirar más. Y ese carro se ha ido parando poco a poco, sin querer darme cuenta. Cuanto más quería acercarme a ti, más me alejaba.
Los últimos meses ni siquiera me has preguntado qué me pasaba, no me he sentido apoyado. Sabía que tendría que salir yo solo. Dices que no había quién me sacara de casa. Pero siempre estabas cansada, o trabajabas el fin de semana. Y para un par de fines de semana que nos veíamos al mes yo prefería estar cerca de ti, a solas en casa, aunque estuvieras al lado durmiendo. Me gusta verte dormir. Y ese deseo de intimidad nos ha matado y se ha vuelto en contra. No se... Aunque empiezo a aceptar que es así, no acabo de entenderlo. Lo único que me mantiene un poco es pensar que ahora estarás bien y que en el fondo sigo queriendo, y que querer mueve montañas y detiene mundos... Nuestro amor ya no se expandía, era casi algo clandestino, un pequeño oasis en nuestras vidas, lejos de lo que los dos queríamos. Podríamos analizar mucho de por qué llegamos a esa situación, pero ahora vemos las cosas muy distintas. Tu crees que he cambiado, que ya no soy el mismo, solo tenías que levantar un poquito la tapa, ir más allá de la apariencia para ver que sigo siendo el mismo, un poco más mayor quizá, pero que sigo queriendo sentir y hacer cosas, aunque estos últimos meses estuviera muy parado.
Es irónica la vida. Ahora que empezaba a moverme otra vez, a salir del pozo, a ver la luz, tu ya no quieres que sigamos juntos. Hasta te sentías agobiada porque te quiero. Agóbiate cuando la gente no te quiera. Ya no quieres estar ahí, no lo comparto, pero lo respeto y no me queda otra. Después de estos momentos de dolor y confusión sé que encontraré de nuevo mi camino, mi sendero de felicidad. Quizá escribir esto sea ya el camino.
Mi trabajo ahora es volver a estar bien conmigo mismo y verte bien a ti me ayudará. Aunque ya no lo creas, o no lo veas necesario, yo estaré ahí si te puedo ayudar en algo. Porque yo creo que lo mucho que nos hemos querido y las cosas que hemos vivido juntos estarán ahí para siempre. Hasta luego, amor...