4. Un segundo dios

A04   “El alma entra en el cuerpo a pesar de ser divina y proceder de los espacios superiores; ella, que es por su rango un segundo dios, desciende a este mundo por una mutación voluntaria a fin de dar forma con la plenitud de su fuerza a lo que le es inferior. Si consigue escapar de nuevo con prontitud, se mantendrá incólume y habrá alcanzado, además, el conocimiento en su esencia del mal y la perversidad y habrá expuesto a la luz sus propias fuerzas y revelado sus efectos y sus actos; estas fuerzas serían inútiles al reposar en el ámbito de lo incorpóreo, pues se mantendrían eternamente irrealizadas, y, si no se mostrase y saliese fuera de sí, el alma misma sería inconsciente de aquello de lo que es portadora.””
Plotino
(Citado en “Tu nombre es como el sabor de la vida”, 1986, p.285)

1 comentario:

Filocarmen dijo...
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